El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a generar incertidumbre en el comercio internacional al anunciar un arancel del 25% al cobre. Según informó el secretario de Comercio, Howard Lutnick, esta medida tiene como objetivo reducir la dependencia de las importaciones y fortalecer la industria local. Sin embargo, el impacto de esta decisión podría ser significativo para países exportadores como Perú, que ven con preocupación las repercusiones en el mercado global.
Manuel Carpio-Rivero, especialista en Supply Chain de Pacífico Business School, advirtió sobre los posibles efectos de esta medida en los mercados de materias primas. Aunque Estados Unidos representa un porcentaje pequeño de las exportaciones peruanas de cobre (entre el 2,4% y el 4%), su participación ha crecido en los últimos años. En 2024, los envíos peruanos al mercado estadounidense alcanzaron los US$ 910 millones, cifra que representa un aumento considerable en comparación con los US$ 180 millones de 2020. El nuevo arancel podría reducir la competitividad de los productos peruanos, afectando la demanda y a empresas mineras clave como Cerro Verde, Antamina y Southern Copper.
Los analistas consideran que la estrategia comercial de Trump responde más a intereses políticos que a un plan estructurado de protección industrial. Juan Carlos Ladines, investigador del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP), señaló que los aranceles se están aplicando de forma abrupta y sin una planificación adecuada, lo que genera volatilidad en los mercados. Edmundo Lizarzaburu, investigador de la Universidad ESAN, también alertó sobre el impacto potencial de estos aranceles en el comercio global, cuestionando quién asumirá el sobrecosto: si los proveedores peruanos, las empresas importadoras o los consumidores estadounidenses.
A pesar de que el impacto directo en la minería peruana podría ser moderado, debido a que China sigue siendo el principal destino del cobre peruano (con más del 70% de participación), la medida podría afectar otros minerales peruanos, como el molibdeno, que también es exportado a EE.UU. Además, el aumento en los costos de insumos importados, como aceites industriales y componentes electrónicos, podría incrementar los costos de producción y contribuir a la inflación en Perú. Carpio-Rivero señaló que las cadenas de suministro globales están muy interconectadas y que un arancel sobre el cobre podría generar efectos imprevistos.
Una de las principales preocupaciones es la posibilidad de una escalada comercial. Si EE.UU. mantiene su política arancelaria, otros países podrían adoptar medidas similares, lo que afectaría negativamente el comercio global. Carpio-Rivero advirtió que esto podría ralentizar la economía mundial, afectando a países como Perú, cuyo segundo socio comercial es Estados Unidos. En este contexto, los expertos sugieren que Perú debe buscar estrategias de mitigación, como diversificar sus mercados de exportación y acelerar acuerdos comerciales con otros países, como India, Turquía y Australia.
