El Poder Judicial ha confirmado la anulación de la concesión minera otorgada sobre el río Nanay, protegiendo así este vital ecosistema para la ciudad de Iquitos. La Sala Civil de Loreto ratificó la sentencia emitida por el Juzgado Civil de Maynas, que había declarado nula la concesión de 1000 hectáreas entregada a la empresa Raíces Gaddaffy.
Karina Garay, abogada que lideró la demanda de amparo presentada por el Comité de Gestión del Agua de la Cuenca del Nanay, celebró el fallo y subrayó su importancia. “Este fallo reafirma que los derechos sobre los recursos naturales, como el agua limpia, deben prevalecer sobre cualquier actividad extractiva”, indicó Garay.
La sentencia concluye un proceso judicial iniciado en 2023, cuando se otorgó la concesión sin evaluar adecuadamente los riesgos ambientales y sociales sobre la cuenca del Nanay, que abastece de agua potable a más de 500,000 personas en Iquitos.
Este fallo representa un precedente fundamental para la protección de los recursos naturales en Perú. Según Garay, la decisión no solo beneficia a Loreto, sino que también marca un ejemplo para otras regiones amazónicas del país. «Este caso se convertirá en un precedente clave para todo el Perú», destacó.
Durante el proceso, se argumentó que la actividad minera ponía en riesgo la cuenca del Nanay, la cual es la única fuente de agua potable para la región. Además, se expuso que la minería ilegal ya representaba una amenaza considerable. En diciembre de 2024, se identificaron 41 dragas mineras operando de manera ilegal en el río, lo que subraya la necesidad urgente de proteger la zona.
La resolución judicial número 19, emitida el 24 de enero de 2025, cierra el caso con una victoria para la población de Iquitos. Garay resaltó que no hay más recursos legales para revertir la decisión, dejando sin efecto la concesión minera. Sin embargo, advirtió que la lucha por la protección de los derechos de las comunidades debe continuar.
Aunque este fallo brinda tranquilidad a los habitantes de Loreto, Garay insistió en que la minería ilegal sigue siendo una amenaza latente. Aseguró que se requiere una estrategia integral para combatirla y evitar que otros ríos de la Amazonía sufran daños similares. “La lucha por el Nanay no ha terminado”, concluyó.