Apoyo & Asociados (A&A) modificó las clasificaciones del primer programa de instrumentos de corto plazo emitido por Petroperú, de CP-2+(pe) a CP-2(pe) y sus obligaciones de largo de A+(pe) a A(pe). Además, modificó su perspectiva de estable a negativa para esa empresa pública.
Estos cambios, explicó la firma calificadora, en un reporte de hechos de importancia a la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) se fundamentan en la continua generación negativa de caja y altos niveles de endeudamiento en que incurre la petrolera del Estado.
Al cierre del 2023, indica, Petroperú registró un ebitda negativo por US$427.7 millones, debido, entre otros, al menor volumen vendido en el mercado interno, al retraso en la culminación de la puesta en servicio integral de la Nueva Refinería de Talara (NRT) y a la mayor exportación de residuales e incremento de gastos operativos.
Los altos costos y gastos operativos se dieron por la operación no optimizada de la refinería, los cuales están relacionados al consumo de energía y a la puesta en marcha de nuevas unidades de proceso.
Deuda seguiría creciendo
Sobre el endeudamiento –advierte- éste continúa creciendo, pues al cierre del 2023 el saldo de la deuda financiera fue de US$6,112.2 millones, mayor que los US$5,853.3 millones del 2022.
Este incremento se dio ante la mayor necesidad de financiamiento para capital de trabajo. Además, las demoras en la puesta en operación óptima de la nueva refinería obligaron a que el portafolio de productos importados se componga principalmente de productos refinados, cuyo valor es superior al del crudo.
En esa línea, añade que, al cierre de los últimos 12 meses a marzo 2024, el ebitda fue de -US$325.9 millones, y la deuda financiera ascendió a US$6,192.7 millones, aunque se espera que el Estado capitalice parte de sus acreencias (por aproximadamente US$ 800 millones).
Incertidumbre sobre nueva planta
Sin embargo, observa, la NRT aún no ha alcanzado su operación óptima y no se sabe cuándo la alcanzaría, por lo que las proyecciones de generación de caja para el 2024, han sido revisadas hacia la baja.
Recordó que en febrero último la unidad de flexicoking de la NRT empezó a presentar problemas en sus operaciones por lo que entró en un periodo de paralización por 90 días (hasta junio).
La clasificadora considera muy importante que la NRT alcance su operación óptima para que la compañía pueda recuperar los márgenes y lograr su sostenibilidad financiera, y que de ello depende en gran medida de que se logre sus planes de acción.
¿Qué podría mejorar la situación?
La clasificadora mencionó dos aspectos que podrían mejorar las clasificaciones asignadas, uno de ellos, que se reduzca su nivel de apalancamiento, de lograr una mayor participación de recursos propios o aportes de capital en la estructura de financiamiento de la NRT.
Otro es la mejora en los márgenes luego que la nueva refinería llegue a su operación óptima que le permita revertir las pérdidas generadas en los últimos periodos.
Pero, podría empeorar también
Advierte que aún se podría modificar negativamente la calificación de Petroperú, por tres factores, el primero de ellos, en caso no revierta el deterioro de su capacidad de generación de caja tras la puesta en marcha óptima de la NRT.
También incidiría en ello el incumplimiento de la reestructuración de la organización, que le permita fortalecer su gobernanza y sostenibilidad financiera y operativa.
El último factor, anota, sería el debilitamiento del respaldo que tiene la empresa por parte del Estado, lo cual podría reflejarse incluso en una disminución en su clasificación del riesgo soberano del país.