Argentina, rica en recursos naturales, ha captado la atención de la industria minera global con su nuevo Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI). Esta iniciativa, promovida por el presidente Javier Milei, tiene como objetivo atraer inversiones extranjeras y revitalizar la industria minera, con un enfoque particular en la extracción de cobre, esencial para la transición energética mundial.
El regreso de BHP a Argentina es un ejemplo de este impulso. En alianza con la canadiense Lundin Mining, BHP ha invertido 3.25 mil millones de dólares en la adquisición de Filo Corp, marcando su retorno al país después de dos décadas. Este movimiento estratégico busca desarrollar dos importantes minas de cobre en los Andes, cerca de la frontera con Chile, y ha generado interés en otras grandes empresas del sector minero para explorar oportunidades en Argentina.
Tristan Pascall, CEO de First Quantum, destacó que el RIGI representa una excelente noticia para su proyecto Taca Taca en Salta, que tiene el potencial de producir hasta 250,000 toneladas métricas de cobre anualmente. Pascall señaló que Argentina se está posicionando como un destino atractivo para inversores, dependiendo del tipo de financiamiento que se necesite.
El RIGI ofrece una serie de beneficios importantes, como créditos fiscales por 30 años, aranceles aduaneros reducidos y una flexibilización progresiva de los controles de capital. Además, garantiza el acceso a tribunales internacionales de disputas, lo que es crucial para los inversores que buscan minimizar riesgos en la inestable economía argentina.
La aprobación del RIGI fue clave para que BHP y Lundin concretaran su reciente acuerdo, según Juan Andrés Morel, director de operaciones de Lundin. Este régimen ha sido un factor decisivo en la entrada de BHP al mercado argentino, lo que se espera impulse aún más las inversiones en el país.
Sin embargo, el presidente Milei enfrenta el reto de estabilizar la economía argentina, que sufre de alta inflación y un PIB en contracción. Analistas, como Christian Perlingiere de Control Risks, advierten que las empresas extranjeras aún deben manejar la volatilidad financiera del país.
Aunque Argentina no produce cobre actualmente, hay ocho proyectos significativos en diferentes fases de desarrollo en la región montañosa del norte. Estos proyectos podrían llevar a Argentina a alcanzar niveles de producción comparables a los de Australia y Zambia para finales de esta década.
Glencore, otro gigante minero, también está apostando por Argentina, con planes de invertir hasta 400 millones de dólares en los próximos dos años en sus proyectos Mara y El Pachón. La compañía ve a Argentina como una frontera emergente para el crecimiento del cobre.
A pesar del potencial prometedor, el camino hacia el éxito en la minería argentina no está libre de desafíos. La economía volátil y los posibles cambios políticos futuros podrían afectar la sostenibilidad de estos incentivos. No obstante, la administración actual ha creado un entorno más favorable para la inversión minera, despertando un renovado interés en Argentina como un destino clave para la exploración y extracción de cobre.
Con su vasto potencial minero, Argentina tiene la oportunidad de convertirse en un actor importante en la industria global del cobre, siempre y cuando logre superar los obstáculos financieros y logísticos que se presenten. El tiempo dirá si esta nueva ola de inversiones consolidará a Argentina como una fuente global de cobre en los próximos años.