El aumento en los precios internacionales de los metales ha atraído a los mineros ilegales, quienes ahora no solo se enfocan en el oro, sino también en el cobre. Según Angela Grossheim, directora ejecutiva de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), esta actividad ilícita se concentra principalmente en el corredor minero del sur, que atraviesa regiones como Cusco, Apurímac y Arequipa. «Los mineros ilegales operan cerca de Las Bambas y en zonas como Apurímac, y ya no se trata de una minería de subsistencia, sino de una actividad que involucra grandes inversiones», explicó Grossheim.
Esta minería ilegal conlleva impactos negativos a nivel ambiental, social y económico. Además de los daños ecológicos, está vinculada al tráfico de personas, lo que agrava los problemas sociales en las zonas afectadas. Desde un punto de vista económico, la minería ilegal impide al Perú recaudar mayores ingresos y reduce la producción formal del cobre. Entre enero y noviembre de 2024, la producción de cobre en el país fue de 2.472.307 toneladas métricas finas (TMF), lo que representó una caída del 1.1% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Por otro lado, el Congo produjo 3.3 millones de TMF, ocupando el segundo lugar después de Chile.
A pesar de esta caída en la producción, Grossheim destacó que Perú tiene el potencial de recuperar el segundo lugar en la producción mundial de cobre. «Es un momento clave para aprovechar nuestras fortalezas. Tenemos exploraciones en marcha, y debemos fomentar nuevas inversiones, mejorar la trazabilidad del metal, fortalecer la fiscalización y mejorar la regulación», aseguró. La importancia de la minería formal se refleja también en los ingresos generados por el sector: entre enero y noviembre de 2024, las transferencias por minería sumaron S/8,024 millones, con S/5,579 millones provenientes del canon minero. Además, la recaudación del sector alcanzó S/16,737 millones en ese mismo periodo.
En cuanto a los proyectos mineros en el país, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) reportó que, a marzo de 2024, había una cartera minera con 51 proyectos que suman un total de US$54,556 millones. De esos, 31 proyectos con un presupuesto de US$39,795 millones se centran en la extracción de cobre. Entre los proyectos más destacados se encuentran la reposición de Antamina, con una inversión de US$1,604 millones, que ampliará su capacidad de producción de 170,000 a 208,000 TMF por día. También se encuentra la ampliación de Toromocho – Fase II, que aumentará la producción de 140,640 a 170,000 TMF.
Otros proyectos relevantes son El Galeno, con una inversión de US$3,500 millones, Tía María (US$1,400 millones), Los Chancas (US$2,500 millones) y Michiquillay (US$2,500 millones). Estos proyectos representan una oportunidad significativa para el país, pero también subrayan la necesidad de abordar los desafíos que plantea la minería ilegal.
En otro ámbito, se ha informado que el proyecto Conga, en Cajamarca, también está siendo invadido por mineros ilegales. Este proyecto, que fue paralizado en 2011 debido a conflictos sociales no resueltos, ha experimentado incursiones de delincuentes que operan sin que las autoridades tomen medidas efectivas. Conga representa una inversión de casi US$5,000 millones, y su paralización ha tenido un gran impacto en la región, que ha visto aumentar sus índices de pobreza.