Angela Grossheim – Presidenta del Encuentro Internacional de PERUMIN 35
La minería es una de las industrias que viene adoptando modelos en los que la aceleración de los procesos de transformación digital y automatización cobra mayor relevancia cada día. Sin duda alguna, son parte de la tendencia y va ganando fuerza un nuevo concepto como el de minería 4.0.
Esta tendencia ha permitido que operadores como Antamina pueda administrar toda su flota de vehículos pesados para carguío y acarreo, ubicados a 4,200 m.s.n.m. y a más de 400 km de distancia a través de tecnología remota. La apuesta de Southern Perú también es destacable mediante su operación Toquepala, la cual es la primera mina inteligente para tecnología 5G, permitiendo automatizar procesos, haciendo más eficiente el manejo de la operación. O Anglo American, que se prepara a iniciar operaciones de la primera mina 100% digital en el Perú.
Todo esto se traduce en algo muy simple: mejores condiciones, no solo para las empresas sino para las personas. Si se puede detectar las fallas antes de que ocurran o programar los procesos con inteligencia artificial, se tendrán menos accidentes para los trabajadores y proveedores; monitoreo de una especie en extinción con big data o utilización de la cantidad exacta de agua o energía, beneficiando al medio ambiente.
Este modelo de trabajo se caracteriza por tener sólidas redes de conectividad y comunicación. Además, la información en tiempo real desde el lugar de las operaciones, permiten, al margen de probar procesos y optimizar operaciones, generar un impacto positivo en la productividad minera. Asimismo, tecnologías como inteligencia artificial, big data e internet de las cosas, permiten trazar un camino hacia una minería cada vez más segura, eficiente y sostenible.
En respuesta a esta tendencia, las mineras están acelerando la inversión en el ámbito digital para abordar mejor las prioridades de los factores de gobierno ambiental, social y corporativo e impulsar la innovación. Según el estudio “Los 10 principales riesgos y oportunidades en minería y metales en 2022″, de la consultora EY, las empresas del sector minero planean aumentar su inversión en transformación digital en los próximos 12 meses, entre 11% y 50%.
En este contexto, es importante que como país tengamos la apertura para identificar prácticas exitosas a nivel mundial sobre uso de tecnología aplicada a la industria, que puedan ser replicadas en nuestro ámbito y, desde luego, contribuir también con nuestras experiencias y conocimientos que vamos adquiriendo durante el desarrollo de nuestro trabajo. En Canadá, por ejemplo, la inteligencia artificial es aplicada para predecir nuevos materiales con propiedades deseadas, el cual se utiliza en la extracción de oro para la recuperación y el reciclado de cianuro. Un modelo que podría ser útil en un país con elevada producción de oro como el Perú.
Generar este intercambio de experiencias requiere de múltiples esfuerzos. Desde el sector privado, están las empresas que apuestan por capacitar a sus profesionales en el extranjero. Pero necesitamos plataformas multiactor como PERUMIN, por ejemplo, cuyo Encuentro Internacional permite que tanto profesionales de la industria como funcionarios públicos y la academia (parte indispensable para que las nuevas generaciones estén al tanto de las nuevas tendencias mundiales) puedan intercambiar experiencias con profesionales de otros países que enfrentan desafíos comunes.
Siendo un país que desarrolla una minería de primer mundo, debemos ser conscientes de que la minería 4.0 no es solo una definición teórica, sino un modelo de trabajo que ha llegado para quedarse, el cual viene trayendo grandes réditos para el sector y para el fomento de la ciencia, la innovación y el desarrollo tecnológico en el país.