El proyecto minero de cobre Río Blanco, situado en las provincias de Ayabaca y Huancabamba, es propiedad de Zijin Mining Group y representa una inversión total de $2,792 millones, superando la cifra inicial de $2,500 millones registrada en la cartera de proyectos mineros del Ministerio de Energía y Minas.
Francisco Ísmodes, gerente general del proyecto Río Blanco, destacó en una entrevista con Perú21 que la iniciativa cuprífera está comprometida con la protección del ecosistema en el que se encuentra. Aseguró que la empresa se ha enfocado en mantener un equilibrio entre el desarrollo del proyecto y la conservación ambiental.
El ejecutivo explicó que el proyecto, antes de ser adquirido por Zijin Mining Group, ya enfrentaba ciertos conflictos con las comunidades locales. Por ello, la empresa ha intensificado su trabajo con las comunidades, rondas campesinas y pobladores para crear relaciones positivas y fomentar la comprensión de los beneficios que traerá el proyecto.
Ísmodes subrayó que una de las bases del éxito del proyecto es la generación de consenso. «Río Blanco no es un proyecto que se impondrá a las comunidades y rondas campesinas, sino que buscamos crear un espacio de diálogo para abordar los temas de mayor preocupación», señaló. Este enfoque participativo es clave para avanzar con el proyecto de manera sostenible.
En cuanto al impacto ambiental, Ísmodes reconoció que el área donde se desarrolla el proyecto alberga ecosistemas sensibles que deben ser protegidos. La compañía minera ha identificado todos los aspectos ambientales críticos del área para minimizar cualquier impacto negativo.
“Estamos hablando de los Páramos de Samanga, las Lagunas de las Huaringas y los Bosques de Neblina, que son ecosistemas únicos en esta región. Gracias a las características del proyecto Río Blanco, podemos garantizar la protección de estos ecosistemas”, explicó el gerente general.
Ísmodes aclaró que el diseño del proyecto no interfiere con los ecosistemas existentes, ya que se sitúa a distancias considerables de las áreas más sensibles. “El proyecto está ubicado a más de 20 kilómetros de las lagunas y a más de tres kilómetros de los páramos. Además, no se encuentra en la cabecera de cuenca, lo que hace viable su desarrollo sin poner en riesgo el ambiente”, agregó.
Además de su enfoque ambiental, el proyecto Río Blanco tiene como objetivo generar empleo y mejorar el bienestar de las comunidades cercanas. Ísmodes destacó que, durante años, se han hecho promesas de mejoras en infraestructura hospitalaria en localidades como Ayabaca, Huancabamba, Huarmaca y El Algarrobo, pero estas promesas no han avanzado.
El ejecutivo también mencionó que los recursos generados por el proyecto podrían ayudar a solucionar la brecha hídrica de la región, mediante la construcción de reservorios. Sin embargo, señaló que las autoridades del gobierno regional y los municipios se han mostrado reacias a considerar las oportunidades que el proyecto podría ofrecer en términos de infraestructura y desarrollo regional.