A casi dos meses de la renuncia de Oliver Stark a la presidencia de Petroperú, el Gobierno, a través de la Junta General de Accionistas (JGA), designó a Alejandro Narváez Liceras como nuevo presidente del directorio de la estatal. Este regreso marca el retorno de Narváez a la gestión de Petroperú después de casi 20 años. Durante su primer período, la empresa alcanzó una participación del 53% en el mercado de combustibles, cifra que, lamentablemente, ha caído a solo el 25% en la actualidad.
Tras su nombramiento, Narváez expresó su compromiso con la empresa y el país: “Asumo esta designación con optimismo y compromiso, iniciando una nueva gestión con grandes expectativas y con objetivos claros, en bien de la empresa y el país”. Su declaración fue difundida a través de un Hecho de Importancia en la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV). Con esta designación, Narváez espera reorientar la dirección de la compañía en un momento crucial.
El nuevo directorio de Petroperú inicialmente iba a estar compuesto por Robert McDonald Zapff, Carlos Lezameta Escribens, David Quispe Figueroa y César Rodríguez Villanueva. Sin embargo, se conoció que Lezameta y McDonald renunciaron poco después de la designación de Narváez como presidente, ya que no estaban de acuerdo con su nombramiento. Antonio Manosalva, director elegido por los trabajadores, se mantiene en su puesto, asegurando una continuidad en la representación sindical.
A pesar de las renuncias, el directorio cuenta con el quórum necesario para tomar decisiones. Aurelio Ochoa, expresidente de Perupetro, indicó que con seis miembros en el directorio, y dos renuncias, todavía hay suficiente representación para actuar por mayoría. En caso de empate, el presidente del directorio (Narváez) tiene la capacidad de dirimir el voto, dado que se le asigna un voto adicional como presidente.
La gestión de Alejandro Narváez enfrenta grandes desafíos, y uno de los más urgentes es restaurar la transparencia dentro de la empresa. Jorge Manco Zaconetti, investigador de la UNMSM, señaló que el directorio de Petroperú debe centrar sus esfuerzos en Talara, particularmente en los primeros seis meses de gestión, para conocer el estado real de la Nueva Refinería de Talara, y en especial su planta de flexicoking. Según Zaconetti, esta unidad opera actualmente al 80% de su capacidad, produciendo 17.000 barriles diarios, muy por debajo de los 22.000 barriles diarios que se establecieron como meta.
A pesar de esta discrepancia en la capacidad de producción, Zaconetti vislumbra un panorama favorable para la refinería, pero enfatiza la necesidad de realizar una auditoría forense para entender las causas profundas de la crítica situación financiera que enfrenta la empresa. En cuanto al parón sindical, la coalición sindical de Petroperú suspendió el paro de 48 horas que había sido convocado para el 14 y 15 de noviembre, expresando su respaldo a Narváez en su nueva gestión.
Según fuentes dentro de la estatal, los planes inmediatos de Alejandro Narváez incluyen una reestructuración empresarial basada en las recomendaciones del informe de Arthur D. Little, una consultora especializada. Además, Narváez tiene como objetivo llevar la Nueva Refinería de Talara al 100% de su capacidad instalada para el primer trimestre de 2025. Este es un paso crucial para recuperar la competitividad de la empresa.
En cuanto a la parte financiera, Narváez se ha comprometido a abrir un diálogo sincero con los acreedores financieros y con los proveedores de Petroperú para honrar los compromisos existentes. Otro de los aspectos clave de su gestión será retomar el proceso del Lote 192, que actualmente está en manos de Altamesa, y trabajar en la recuperación del Oleoducto Norperuano en colaboración con las comunidades aledañas. Este enfoque integral busca estabilizar la empresa y fortalecer su papel en el sector energético del país.