Mercuria, uno de los mayores comerciantes de energía a nivel global, ha anunciado un movimiento significativo en el sector minero. La empresa con sede en Ginebra invertirá de manera contundente en minas, particularmente de cobre, como parte de su estrategia para fortalecer su recién creada división de metales. Según el CEO Marco Dunand, el objetivo de esta expansión es igualar en tamaño e importancia al negocio de petróleo de la compañía, tal como lo expresó en el FT Commodities Global Summit.
El cobre es considerado un recurso crucial en la transición energética, ya que es esencial para la electrificación, los vehículos eléctricos y las energías renovables. La apuesta de Mercuria subraya la creciente tendencia de los grandes traders energéticos, que están reconociendo en los metales una oportunidad estratégica y rentable, alineándose con la demanda mundial de estos recursos para un futuro más sostenible.
En diciembre pasado, Mercuria dio un paso importante al establecer una alianza estratégica con Zambia, garantizando acceso a cobre africano y fortaleciendo su presencia en un continente clave para el suministro de minerales críticos. Además, renovó su acuerdo con Glencore para adquirir cobre de la estatal Gécamines en la República Democrática del Congo, y también aseguró cobre del yacimiento Tenke Fungurume, operado por el grupo chino CMOC. Estas acciones refuerzan su estrategia de control sobre toda la cadena de suministro, desde la mina hasta la comercialización.
Kostas Bintas, responsable de metales y minerales de Mercuria, destacó que la meta era comenzar con fuerza desde el inicio. Actualmente, la empresa cuenta con 70 empleados dedicados exclusivamente a su negocio de metales y ya está moviendo grandes volúmenes, como 750,000 toneladas de cátodos de cobre y un millón de toneladas de concentrado. Esto demuestra que la estrategia de expansión está funcionando a gran escala, con un enfoque en el largo plazo.
Mercuria no es la única empresa energética que está diversificando su negocio hacia los metales. Vitol, otro gigante global, ha comenzado a incursionar en este sector, comenzando por el aluminio. Estas inversiones son posibles gracias a las ganancias récord obtenidas en los últimos años, lo que ha permitido a estas compañías diversificar sus operaciones. Sin embargo, la competencia de estos grandes actores podría ser un desafío para traders más pequeños, que enfrentan dificultades para mantenerse competitivos ante los altos precios de la energía y las interrupciones logísticas globales. A pesar de esto, la entrada de estos jugadores podría dinamizar el mercado, atraer más inversión y mejorar la eficiencia de las cadenas de suministro, lo que resulta positivo para un sector vital para el futuro energético del planeta.