Mié. Feb 5th, 2025

Plan de Trump para Acelerar la Minería de Minerales Críticos y Reducir la Dependencia de China

Los asesores del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, han recomendado que abandone las revisiones medioambientales para los proyectos de minerales críticos financiados con fondos federales, con el objetivo de fomentar la producción nacional de materiales utilizados en vehículos eléctricos, electrónica y armamento, según un documento al que tuvo acceso Reuters.

Este enfoque representaría un cambio significativo en la forma en que se revisan las minas propuestas en tierras federales, buscando asegurar que los proyectos que reciben apoyo gubernamental puedan contribuir a reducir la dependencia de Estados Unidos de China, que actualmente es el principal productor y procesador mundial de litio, cobalto y otros minerales esenciales.

Los asesores encargados de desarrollar políticas en torno a las cadenas de suministro de vehículos eléctricos sugirieron que Trump renuncie a los requisitos establecidos por la Ley Nacional de Política Ambiental (NEPA), que regula la concesión de permisos para proyectos en terrenos federales. Esta ley podría acelerarse para facilitar la producción de minerales críticos, baterías e imanes, según el documento.

Jason Miller, un asesor principal de la transición, aclaró que Trump no ha tomado una decisión sobre este asunto y añadió que las recomendaciones provienen de personas ajenas a la formulación de la política gubernamental. Sin embargo, Trump ha prometido durante su campaña recortar lo que considera burocracia excesiva. Hace una semana, el presidente electo afirmó que agilizaría los permisos para cualquier empresa que invirtiera más de mil millones de dólares en Estados Unidos, cifra que corresponde a la mayoría de los proyectos mineros en el país.

La NEPA, que fue promulgada por primera vez en 1970, es una de las leyes ambientales más relevantes de Estados Unidos, ya que exige la revisión de proyectos que reciban permisos o financiación federal. Sin embargo, debido a que esta ley involucra diversas agencias federales y no tiene una supervisión centralizada, el proceso de revisión puede ser largo y complejo.

Las revisiones bajo la NEPA suelen ser impugnadas y, como resultado, los litigios pueden retrasar los proyectos durante años, lo que genera frustración entre las empresas mineras y los funcionarios republicanos. Aunque un presidente no puede limitar las demandas contra los proyectos mineros de manera unilateral, podría colaborar con el Congreso para hacerlo.

Varios proyectos de minerales críticos propuestos por empresas como Antofagasta, Rio Tinto, BHP y Perpetua Resources han estado bajo revisión regulatoria durante más de una década. Durante su mandato, Trump y el entonces Secretario de Interior, David Bernhardt, limitaron las revisiones a no más de 300 páginas y propusieron hacerlas más rápidas, acusando al proceso de ser «innecesariamente complejo». Sin embargo, esos cambios fueron revertidos por la administración de Joe Biden.

Si Trump sigue las recomendaciones de sus asesores, podría acelerar la ejecución de proyectos por miles de millones de dólares respaldados por el gobierno federal, incluidos proyectos de minería de litio y plantas de procesamiento. Esto ayudaría a Estados Unidos a competir con China, que ha dominado los mercados globales de metales y bloqueado las exportaciones de ciertos materiales hacia el país.

Los grupos ecologistas y conservacionistas defienden la importancia de la NEPA, ya que consideran que permite asegurar que todas las partes interesadas sean escuchadas en el proceso de concesión de permisos para el uso de tierras federales. Además, defienden que la ley debería tener en cuenta el cambio climático y la justicia ambiental en sus revisiones.

Algunos grupos conservacionistas también han criticado que, al recibir subvenciones o préstamos federales, las minas aprobadas de facto eluden el proceso de revisión de la NEPA. Una característica peculiar de la legislación estadounidense es que las empresas mineras no pagan cánones al gobierno federal por extraer metales de tierras federales, a diferencia de las compañías petroleras, que sí lo hacen.

Durante su primer mandato, Trump mostró un fuerte apoyo a la minería, aprobando proyectos como el de Lithium Americas, pero también bloqueó importantes iniciativas, como el proyecto minero en Alaska de Northern Dynasty Minerals. Además, ha sugerido que podría implementar aranceles sobre los materiales de baterías a nivel mundial, con exenciones negociadas para ciertos aliados.

Varias compañías mineras en Estados Unidos han expresado su preferencia por reformar el proceso de concesión de permisos en lugar de aplicar aranceles generales. Un ejecutivo de Reuters comentó que esta postura refleja un enfoque de «mazazo» a las cuestiones comerciales.

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