El precio del petróleo ha aumentado por segundo día consecutivo, impulsado por el aumento de tensiones en el Medio Oriente. El lanzamiento de aproximadamente 200 misiles balísticos por Irán hacia Israel ha sido el detonante, generando una respuesta inmediata del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien prometió represalias. Esta escalada en el conflicto genera incertidumbre sobre el suministro de petróleo en una de las regiones productoras más importantes del mundo.
El crudo de referencia Brent ha superado los $75 por barril, con un incremento inicial del 5% tras el ataque. Este aumento indica que los inversores están ajustando sus expectativas, incorporando una prima de riesgo significativa ante la posibilidad de que el conflicto interrumpa el flujo de petróleo. Dado que el Medio Oriente representa cerca de un tercio de la oferta mundial, los mercados petroleros son especialmente sensibles a cualquier tipo de tensión en la región.
Además, la volatilidad en los mercados de opciones de crudo ha alcanzado niveles no vistos en 11 meses, ya que los operadores buscan protegerse ante la posibilidad de un aumento aún mayor en los precios. Este clima de incertidumbre política y militar también ha llevado a un aumento del interés en activos refugio, como el oro y el dólar estadounidense, que han visto un repunte tras la reciente escalada del conflicto.
A pesar de que las tensiones entre Israel e Irán han persistido desde el inicio de la guerra en Gaza hace casi un año, las alzas en los precios del crudo no se han mantenido durante mucho tiempo. Esto se debe, en gran parte, a la falta de interrupciones tangibles en la producción. Irán, uno de los principales productores de la región, bombeó aproximadamente 3.3 millones de barriles por día en septiembre. Los mercados aún consideran que la posibilidad de una interrupción significativa en el suministro es moderada.
En medio de esta incertidumbre creciente, la OPEP+ ha llevado a cabo una reunión para evaluar la situación actual del mercado petrolero. La organización, clave en la gestión del suministro global de petróleo, planea reactivar parte de su producción paralizada a partir de diciembre. La dirección de la OPEP+ se centrará en equilibrar el mercado frente a la volatilidad de los precios y las tensiones geopolíticas en la región. El futuro del mercado petrolero dependerá de la evolución del conflicto entre Irán e Israel, ya que cualquier escalada podría poner en peligro las instalaciones energéticas y aumentar el riesgo de interrupciones en el suministro global.