BYD Co., el gigante chino de vehículos eléctricos, enfrenta incertidumbre en su proyecto de litio en Chile debido a prolongadas negociaciones con las autoridades locales. La empresa aún no ha alcanzado un acuerdo definitivo con el gobierno chileno, lo que ha retrasado el inicio de la producción de cátodos de litio, originalmente programado para finales de 2025. Esta situación destaca los desafíos que enfrentan las empresas extranjeras al invertir en sectores estratégicos en América Latina.

En abril del año pasado, BYD aseguró acceso a precios preferenciales para el carbonato de litio producido por SQM, la principal productora de litio en Chile. Este acuerdo fue diseñado para abastecer una planta de fosfato de hierro y litio, componente esencial para las baterías de vehículos eléctricos. Sin embargo, las recientes declaraciones de Stella Li, vicepresidenta ejecutiva de BYD, revelan que las negociaciones con el gobierno chileno no han concluido, lo que podría retrasar aún más el inicio de la producción.

El retraso en las negociaciones pone de relieve la complejidad de operar en Chile, un país con las mayores reservas de litio del mundo y donde el gobierno ejerce un control riguroso sobre los recursos naturales. Aunque la demanda global de litio ha aumentado debido al auge de los vehículos eléctricos, los precios han caído a su nivel más bajo en tres años debido al exceso de oferta y una desaceleración en la demanda.

Existe, además, incertidumbre sobre si BYD podrá mantener los precios preferenciales más allá de la actual licencia de SQM, que expira en 2030. Esto se complica aún más por el acuerdo de SQM para transferir una participación mayoritaria de sus activos de salmuera a la estatal Codelco, lo que podría alterar las condiciones comerciales futuras para BYD.

El proyecto de BYD es crucial tanto para la empresa como para Chile. Para BYD, representa una oportunidad para asegurarse un suministro estable de litio a largo plazo en un mercado clave de recursos. Para Chile, es una oportunidad para avanzar en la cadena de valor de las baterías, diversificando su economía y moviéndose más allá de la exportación de litio en bruto hacia la fabricación de productos de alta tecnología.

El resultado de las negociaciones será determinante para el futuro del proyecto. Mientras BYD busca asegurar un trato favorable, enfrenta la presión de la volatilidad del mercado del litio y los posibles cambios regulatorios en Chile. Ambos actores tienen mucho en juego: BYD necesita asegurar una fuente estable y asequible de litio, mientras que Chile busca atraer inversiones que impulsen su desarrollo en el sector tecnológico de baterías.

A medida que las negociaciones continúan, el proyecto de litio de BYD en Chile se encuentra en una encrucijada. La resolución favorable de estos desafíos podría convertirlo en un modelo de colaboración entre una empresa tecnológica líder y un país rico en recursos, contribuyendo a la transición global hacia la energía limpia.